miércoles, 10 de diciembre de 2014

Otro tipo de Navidad, otros regalos...



¡Lo tengo claro!, este año pasaré de los regalos raros y sofisticados a los normales de toda la vida, de los made in “usted sabrá donde” a los made in “mi tierra”. Pasaré de lo impersonal al gusto mismo. 

He descubierto rincones llenos de delicias, tan próximos a mí que la imaginación y la fantasía son la realidad misma; el gusto de antaño, el de mis abuelos.

He descubierto sentidos que pasaban desapercibidos, y sin embargo estaban ahí.
En Castaño del Robledo he descubierto a El Monumento, exquisiteces o el deleite puro que alegraron un fin de semana, y dejó en el paladar ganas y deseos de volver.

Alájar me obsequió con un sabor a setas y a membrillo, ah…, y a chocolate calentito, en un atardecer plomizo, con el sonido de ese aluvión con cantes de torrentera que recorre sus calles y patios. La Umbría como siempre me dejó el sabor a sus migas solidarias, a sus caminos, a sus dehesas que pareciesen sacadas de un cuento de Hansel y Gretel; por un momento creí ver gnomos, duendes y hadas; confieso que tengo una imaginación dulce y volátil, pero el camino hasta Puerto Moral y Corteconcepción fue todo un cuento.

De Aracena no voy a hablar, allí conservo un rinconcito escondido, donde se firmaron los acuerdo de..., bueno, una emulación romántica a los de Guisando.
Y sobre Linares…, es absurdo relatar algo de su balcón y su media plaza de toros, ya que por todos son conocidos, eso espero.




Y sé que en el tintero se quedan Almonaster la real, Cortegana, Los Marines, Galaroza, Jabugo y El Repilao, Cumbres Mayores, La Corte y otros; pero será en otro momento.
Y digo en otro momento porque atraqué, de golpe y porrazo, en un lugar de encanto, donde el sabor se embroca con el gusto y el paladar de nunca jamás, AGA. 
¿Conocen ustedes a Paco y a Pilar o a Pilar y a Paco? Yo tengo el placer, el gusto y la suerte de decir ¡sí! La amabilidad, la simpatía, el sabor andaluz y lo exquisitamente cuidado da sabor a todos sus productos, mimados y elegidos para agradar a seres queridos.  Así que no puedo dudarlo: ¡AGA!

Este año quiero envolverme en sabores a leña, a vino andaluz, a mazapán, a embutido, a mermeladas y a dulces que siempre fueron,

Será cuestión de visitarlos otra vez.


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