Ayer, mientras disfrutaba del sol, la playa y
la gastronomía gaditana con una dulce brisa de componente céfiro, gocé de la
exquisita carta de un chiringuito veraniego llamado “Nahubeach”. No sólo fue
deleite del paladar sino también de los sentidos, de la vista y la imaginación.
Alguien – un soñador anónimo – dejó años
atrás estas palabras que ellos han adoptado, y yo reproduzco para aquel que
pueda entender entienda:
Los
cuatro elementos de la naturaleza se funden en su estado más apacible y
armonioso.
El agua,
casi
cristalina
en este
resquicio de playa
virgen
gaditana;
el aire,
con
la suave brisa marina
que
hace bailar la vegetación de las dunas;
la tierra,
en
forma de arena bañada por las olas;
y el fuego,
el
calor del sol durante el día
o de
las llamas de las velas
que
iluminan las veladas
por
la noche.
La
noción del tiempo desaparece y el ritmo diario
se ralentiza
mientras la mente y el cuerpo se dejan
llevar
por la tranquilidad de este pequeñito trocito
de
mundo.
Yo, soñador y amante incansable de este
litoral gaditano, de sus playas, de sus puertos, sus faros y su Pueblo; la gente
de a pie que diluye las dificultades con ese simpático arte innato obsequiado
por la diosa Gaia; cierro los ojos, respiro – esté donde esté – y me siento
allí abrazado a su salobre gusto por el mar.
Termina la introducción de la minuta de este
amable chiringuito, de filigranas con rumores de caracolas, con unas palabras que eternizan mi vuelta a la
rutina:
“Un
camino de láminas de madera que conducen
a lo
que las dunas desconocen y las banderas anuncian.
Un
lugar donde observar el mar tan cerca como notar
su
brisa y su olor, y lo suficientemente lejos como
para
disfrutar de un recodo agradable a la sombra de
sus
sombrillas y donde reponerse de los baños de sol”
Quizás su azul de mar, ¡este aire o el
ambiente sean esotéricos!, porque siendo sevillano, me deja sentirme gaditano. No
en vano, diez años cubren una distancia física y equidistante, entre este
chiringuito y San Fernando, cuando el mar era más bravío – en la soledad de
todos mis sentidos – escribí “Junto al mar”. El que pueda entender que
entienda, yo hace tiempo ya lo hice.