(Paseando
ayer, por calle O´Donnell – Sevilla)
¡Pardiez!,
¡vive
Dios!, que me impaciento,
…pero
¡qué digo!,
alcanzar
lo que no es cuerdo.
Mas
ahora me viene a la memoria
que
ni siquiera hemos pasado
el
mes de los muertos.
¡Oh!,
me
plugiera que la fiesta se cumpliera,
pero
es notorio que ni a la Esperanza,
ni
a las calendas del último mes
respetaron
estos malditos.
¡Insensatos!
¡Vive Dios!
Que
a palos como a villanos,
los
correría la calle abajo.
Dejad
que los cristianos
tengan
tranquilos su mes de los muertos.
Que
recuerden a los suyos,
y
que hagan notoria memoria
de
aquel que un día burlose de los muertos
que
por donde quiera que fue,
la
razón atropelló,
la
virtud escarneció,
la
justicia burló,
a
las mujeres vendió,
y
emponzoñó cuanto vio.
Respetad
al menos el mes
de
aquel que por amor salvó su alma
a
los pies de la sepultura.
Volved
a los pedestales,
animadas
sepulturas
que
aún no ha llegado
los
días de Don Juan.
A
los sevillanos aterrará
ver
llegada la navidad,
sin
haber sido notorio
el
mes del Tenorio.
¡dejad
que pase!
Que
aprendamos
que
por muy villanos
que
seamos,
un
punto de penitencia
puede
darnos la salvación.
Así
pues recordad
que
cada año se dan cita,
para
lidiar sus afrentas
y
apostar sus fortunas,
un
tal Luis Mejías
y un tal Juan Tenorio.