jueves, 28 de febrero de 2013

Las tertulias del Alcázar (2ª Tertulia)


Las tertulias del Alcázar” fueron, en su día, un punto de unión entre el debate y los desayunos de los sábados en un escenario mítico hecho para reyes: el Alcázar de Sevilla. Allí se mezclaron opiniones con el deleite de un café, la prensa, la actualidad y la cultura.

Esta vez nos veremos el sábado 2 de marzo a las 17:00h., en el Café de la Prensa (C/ Betis, 8). Por favor, los que lleguéis antes, id cogiendo sitio.

Temática: Andalucía, el sentido andaluz. Autonomía, logros, libertades y futuro.

Evidentemente acompañaremos el evento con café, copa o lo que el personal – de forma individual – prefiera.

¡Os espero!


NOTA: por favor, avisad de vuestra presencia. (e-mail: mjigato@gmail.com)

Cayo y la arena



Algunas veces, las amistades, los conocidos y los que me critican, han manifestado su acuerdo, desacuerdo o medias tintas respecto a mis opiniones. Comparten parte, nada o todo. Pero las opiniones son eso, un juicio que se emite sobre algún concepto, sin que ello signifique una coincidencia genérica. Es más, diría que esa opinión es total y absolutamente modificable según el argumento del que debata.

Confieso que el Rincón de los Callejones se inició con la virginal idea de dejar volar la imaginación y abstraerse en esos rincones de esta Sevilla nuestra. Sin embargo, el mal hacer de nuestros políticos me llevó a desviarme del sentido originario y quedarme en los callejones, en lo que yo llamo “mi Cueva de las Ideas”, donde a veces me enfrento a mí mismo. Quizás mi parte crítica, mi sangre caliente y llena de excesos me condujeron a opinar sobre el argumento más mísero de este país: la política. Sin embargo advierto que la semana ha deparado sorpresas agradables en esto de la política. Y tiene que ver con alguien con quien no suelo compartir grandes ideas, Cayo Lara.
El coordinador general de IU ha pedido a la Audiencia Nacional que se investiguen delitos de pagos irregulares, cohecho, blanqueo, apropiación ilícita de fondos electorales, y alguna que otra cosilla más. Para ello ha presentado una querella contra Rodrigo Rato, Acebes, Álvaro Lapuerta, Bárcenas, Trillo y directivos de constructoras que donaron “manteca” al PP, según su versión. Sea cierto o no, si Cayo Lara tiene indicios o pruebas de esto, hace bien en ponerlo en manos de la Justicia y no ensuciar la arena política que bastante removida está.

Soñemos en andaluz



Soñemos en andaluz, ¿es posible? Después de treinta y cinco años – contando desde el periodo preautonómico –, sólo cabe la reflexión:

¿Cuál es el sentido andaluz?, ¿qué logros y libertades hemos conseguido con la autonomía?, ¿hacia dónde se encamina el futuro andaluz?

Es cierto que se ha conseguido un gobierno más cercano, menos centralizado, pero tan burocrático y alejado del pueblo como lo pueda ser el de un ejecutivo central. Los políticos si no se han constituido – por ellos mismos – en una casta profesionalizada, sí se han situado en un extracto social distinto y alejado de los votantes.

Andalucía, con sus riquezas – distintas y afortunadas – y oportunidades, sigue marcando los índices proporcionales más desfavorecidos de Europa y España. Seguimos estando a la cola, seguimos manteniendo el sello de la pandereta, seguimos siendo “la granja explotable” que denunciaba Blas Infante.

Recuerdo haber leído “El discurso de la mentira” con trece años. Aquella obra de Joaquín Romero Murube me hizo soñar en una Andalucía próspera, moderna y orgullosa de su historia. Pero no nos bastará con su historia – pensé en aquel momento –, habría que estructurar estrategias alejadas de partidismos y de “embucha sacos” de rentabilidades políticas.

Hoy día de Andalucía, en la tranquilidad de mi “Cueva de las Ideas” (emulando a La Caverna de las Ideas) en “los callejones”, me viene a la memoria una conversación que mantuve con mi abuelo, cuando contaba 13 años.


– Y esto del sentimiento andaluz y de la patria andaluza, ¿qué es abuelo?

– ¡Y yo que sé! En mi vida he oído hablar de esto.

– ¿Y el himno andaluz...?, ¿lo has oído antes?

Me miró como se mira la ingenuidad de un crío y con la certeza de no saber qué contestarme. – Lo único que puedo decirte es que con él no se va a ninguna parte.

– Pero abuelo, habla de paz, de esperanza, de libertades, de luces...

– Ya –. Y con una pregunta reflexionó –. ¿Habla ese himno de trabajo y esfuerzo? Sin eso no se consigue nada grande. Sin objetivos, trabajo y sacrificios no se consiguen metas. ¿Y, por cierto, desde cuándo se pide tierra y libertad?, eso no se pide, se toma porque nos pertenece. Porque le pertenece al pueblo.

– Entonces, abuelo..., el himno, la bandera...

– No sé en qué siglo se enarboló esa bandera, para que digan que vuelve tras siglos de guerra. Seguramente nos iremos enterando conforme avance esto que quieren llamar autonomía, irán desterrando libros e historias...

Hoy por hoy, el panorama andaluz es muy distinto al que soñé. Quizás estemos envueltos en un juego de espejos caprichosos, donde nada es lo que parece; cabe la posibilidad que el juego pueda ser arriesgado. Espero estar equivocado, pero posiblemente nos hayamos acostumbrado a las subvenciones que nos han atado a lo cómodo. Hemos permitido, durante años, que nuestras empresas vayan desapareciendo de nuestro territorio. Hemos dejado que nuestros campos – ricos en todo – dejen de producir en agricultura y en ganadería, y junto con nuestro litoral se vean subyugados a las imposiciones de un gobierno extranjero.

Madrid – arrodillada ante Bruselas – dicta, prácticamente, los límites andaluces. ¿Dónde está nuestra autonomía?



miércoles, 20 de febrero de 2013

Un barrio en pié de guerra



El 13 de enero del 2010 ya publiqué unas breves reseñas sobre Los gorrillas de Sevilla(1), una lacra que sacudía, sacude y seguirá sacudiendo a esta ciudad por la pasividad, cobardía e incoherencia de sus gobernantes. Y si nos centramos en nuestra urbe hispalense la incoherencia y pasividad política crece quizás debido a la buena vida que les damos los sevillanos a esta casta social injertada en lo social y en lo público.

Vuelvo a referir este asunto, el de los gorrillas, porque unido al de los “indigentes incívicos” – porque no todos lo son – azotan de tal forma al popular barrio de La Macarena que la vida se está convirtiendo en insostenible; sí, me refiero a ese barrio que se adhiere a su Basílica, al Parlamento (antiguo Hospital de las Cinco Llagas) y al antaño arrabal moro, constituido hoy por la zona llamada “Los Callejones”. Por sus calles se puede observar gorrillas que de forma coactiva mendigan atemorizando a los vecinos, indigentes que se emborrachan e insultan a los que allí viven, calles y callejones llenos de olores por las defecaciones y orines, restos de “botellonas”, mendigos durmiendo y tirados por las calles al amparo de portales y zonas cubiertas, y un etcétera de circunstancias no aptas para una ciudad moderna, monumental y turística.

La situación es tan alarmante que los vecinos, apoyados por la plataforma vecinal “Basta ya de asentamientos y de gorrillas”(2), se han unido y están en pié de guerra. Los días 5, 12 y 19 de febrero han celebrado reuniones informativas y organizativas para adoptar las medidas a tomar. Ayer martes 19 se concentraron en la calle, tomaron lo que es suyo ante la inacción del Consistorio. Vecinos hartos de promesas incumplidas, por la anterior corporación socialista y por la actual popular, decidieron pasear por las calles de su barrio e informar a vecinos, transeúntes y comercios de las medidas a tomar. Ayer sólo pasearon, pero las movilizaciones, protestas y acciones contundentes no se harán de esperar, a tenor del ambiente de crispación que se respira.

Suena a burla social – dando a entender que los ciudadanos son tontos – la respuesta de estos “aventureros de la política” cuando piden tiempo para solventar algo que conocen desde hace años.

Ya en el 2008, concretamente el 28 de junio, se aprobó la Ordenanza Municipal para el Fomento y Garantía de la Convivencia Ciudadana en los Espacios Públicos de Sevilla(3). En el art. 5 se establece la competencia del Ayuntamiento en esta materia. ¿Por qué no se erradica entonces el acoso de “los gorrillas”, así como la degradación social y sanitaria de la zona?, ¿es justa la presión y sufrimiento que está soportando este barrio?, ¿faltan policías locales o faltan medios?, ¿o quizás esta ordenanza no es válida? Fuere lo fuere queda demostrada la incapacidad de los dirigentes del Consistorio sevillano para resolver este tema, dedicándose otros asuntos donde cubrir una portada o un titular y así fomentar su marketing político.

La mencionada ordenanza, en su art. 33.1 prohíbe explícitamente la mendicidad coactiva, esa que ejercen “los gorrillas”. En el art. 23c se prohíbe satisfacer las necesidades fisiológicas en la vía pública, y sin embargo los mendigos, indigentes y gorrillas hacen de estos espacios su punto satisfacción. El art. 26.1 hace referencia a las actividades que ensucian las vías y espacios públicos, mientras los trapos, cartones (utilizados para dormir), “graffitis” y botellas llenan las calles del barrio.

Y la pregunta salta como un estallido, si el Ayuntamiento de Sevilla es competente para sancionar y atajar estas acciones, las conoce – porque los vecinos llevan denunciando estos casos hace años – y tiene los medios (jurídicos, materiales y humanos), por qué no solventa los problemas de los contribuyentes (aquellos que los han elegido y les pagan). Si son incapaces que lo declaren y que vengan otros a solucionarlo, de lo contrario el conflicto entre damnificados e indigentes y gorrillas está servido porque los vecinos se han levantado al grito de:

            ¡O salvamos nuestro barrio o lo perdemos!

 
(2) http://bastayadeasentamientos.blogspot.com





martes, 19 de febrero de 2013

De populistas y generales





Después de los recortes, las bajadas de salarios y derechos, las masivas pérdidas de empleos, los desahucios e insultos a la inteligencia popular, toca meterles miedo a los ciudadanos. Para ello, la señora Cospedal – que por lo que gana no debe de tener problemas económicos – se despacha y advierte a la ciudadanía que está de moda atacar a los políticos, y recomienda no echar más gasolina. Y espeta textualmente: “cuando la política desaparece, ganan fuerza el populismo y lo generales”.

Mire por donde convengo con usted, señora Cospedal, que está de moda atacar a los políticos. Pero la verdad es que la clase política ¡lo pone tan fácil!, tanto de un partido como de otro, o de cualquier otro partidillo de calado bajo. Y para que nos entendamos le pondré algunos ejemplos del “mundillo democrático nacional”, seguro que le sonarán algunos:

EREs, Nóos, Campeón, Bárcenas, Alcorcón, Millet, Gürtel, Gescartera, Pretoria, Malaya ,Pallerols, PSV, Naseiro, Petromocho, Tramas urb. PSOE, Forcem, Del Lino, Casinos, Filesa, Roldán, Expo 92, Zamora, Jaume Matas, Palomino, Fondos reservados, Flick, Juan Guerra, Matsa, Godó, Villalonga, Tabacalera, Cesid, BFP.


Y, para más detalle, la cuantía que se baraja en la gestión de estos escándalos no se estima inferior a los tres mil quinientos cincuenta millones de euros. Como sabrá usted, señora Cospedal, en estos casos hubo implicación – o como quiera llamarlo, presunta implicación – tanto de miembros del PSOE, PP, CiU, UGT, del desaparecido GIL, amigos, primos, hermanos y demás parentelas. Por supuesto que hay más, pero resulta todo tan grosero que para qué seguir. ¿Sabe usted?, da igual que haya implicados o presuntos implicados; lo alarmante es que en política ocurre como con la mujer del César que además de ser honrados hay que aparentarlo.

Cuando se juega desde la oposición a ser martillo pilón del gobierno – por el mero hecho hacerse notar, sin más –, o cuando desde el gobierno se ejerce el rodillo – por el placer de hacerlo –; en estos casos se hace política con minúsculas. También se hace política con minúsculas cuando se consiente, se ampara o se hace la vista gorda con los casos de corrupción. Bajo esta perspectiva, tengo la impresión que tanto PP como PSOE y otros minoritarios han hecho política de vuelo rasante (la que desvirtúa a la política misma).

Por contra, se hace política con mayúscula cuando a la menor duda sobre la honorabilidad política, sobre la transparencia en la gestiones, el político en cuestión dimite, no escandaliza la vida pública y facilita la acción de la Justicia. Se hace política con mayúscula cuando el político tiene como objetivo y fin la felicidad de los ciudadanos, y no es prioritario el beneficio y rédito partidista.

Ya no es época de más despotismos ilustrados – aquel cuento de antaño: todo para el Pueblo, pero sin el Pueblo – ni de inculcar miedos (como hacía aquel personaje chirigotesco y parlanchín del PSOE, ¿cómo se llamaba, Alfonso...?). Señora Cospedal, es época de estar cerca de los votantes, cerca del ciudadano, oyendo y escuchando sus necesidades y generando soluciones, esa sí que es tarea del político.

El mal político, el que destruye la política, es aquel que con buenas palabras y medias verdades adula al que confía y silencia al que protesta. El político nefasto es el que miente, y mentir es no decir toda la verdad.

El fin de todo gobierno, señora Cospedal, debe ser el bienestar de la nación. Hoy por hoy, eso no se da. Porque bienestar es todo lo necesario que nos hace falta para vivir bien (por ejemplo una casa digna, un trabajo, una promoción profesional, futuro...), son conceptos tratados en nuestra Constitución. Y después de algo más de treinta y cuatro años de democracia, ustedes – los políticos – nos han llevado a un punto donde los desahucios tumban a familias enteras, la tasa de desempleo es tan humillante que jamás se ha conocido, han creado diferencias entre los jóvenes que estudian o intentan estudiar y una mayor separación entre el que tiene y el que no. Están acabando con la clase media. La desesperación, la desesperanza y la humillación llegan ya a tantas familias que es raro encontrar una sin desempleados y/o desahucios a la vista. El futuro a diez años está condenado por la tendencia negativa en investigación. Señora Cospedal, investigación es garantía de desarrollo y el motor que mueve a una sociedad próspera.

La Sociedad – como Pueblo –, soberana de sus derechos crea a los gobiernos para que rijan el devenir de su ordenamiento. Pero cuando estos gobiernos o sistemas son perjudiciales o abusivos y actúan menoscabando el bienestar, el Pueblo está facultado para quitarlos en cualquier momento, o bien repelerlos con la virulencia necesaria.

Estamos en el punto de oír nuevos versos que endulcen los momentos, es época de cambiar de rumbo. Si ustedes los políticos tradicionales, señora Cospedal, no lo consiguen, y continúan agrediendo a la Sociedad, sometiéndola de forma destructora como granjas explotables; el Pueblo evidentemente hablará, y en ese momento habrá acabado con monarquías, sistemas y castas políticas.

viernes, 8 de febrero de 2013

¿El poder es una empresa?



Hoy leo sorprendido una noticia en ABC Digital de Sevilla: “Las cuentas del PP arrojan un beneficio acumulado entre 2008 y 2011 de 28,43 millones”. Y el 85% de todo este montante proviene de la aportación de todos y cada uno de los los ciudadanos. ¡Y esto sólo son las cuentas del PP!

Todos los españolitos de a pié estamos soportando la crisis, las pérdidas de empleo, el continuo y sangrante cierre de empresas, los desahucios, y todo tipo de injusticias que muchos no conocíamos. No comprendo todo esto mientras ellos se enriquecen.

¿Qué sorpresas nos llevaríamos si analizásemos las cuentas del PSOE, IU, CiU, y de todos esos partidillos que viven a costa de los españoles, así como de las prebendas a la UGT, CCOO y otros…? Que nadie se extrañe porque éstos sí son españoles de primera, viven del contribuyente a cuerpo de rey.


Me da la sensación que nos están robando, o como mínimo nos están tomando el pelo, ¿no?
Sinceramente, creo que entre ellos se entienden.