jueves, 28 de mayo de 2020

De terroristas a terrorismo gubernamental.





Ayer Álvarez de Toledo – parlamentaria de discurso fácil – acusó a Iglesias de tener "intimidad con el inframundo de ETA" y también "complacencia con la violencia". Le llamó "burro de Troya de la democracia, embajador de los etarras" y entre sus acusaciones estuvieron el tener "un plan contra la democracia", "violentar los derechos de los españoles", "apadrinar a los que buscan la destrucción del Estado", "legitimar la violencia", de "usar la pandemia para imponer su proyecto" e incluso lo enmarcó con el difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez, los ayatolás de Irán y otros dirigentes de ese estilo.

Pero lo que más le dolió a Iglesias fue que le llamase "hijo de terrorista". Vamos a ver, recapitulemos:
  1. Tras la muerte de Santiago Carrillo, Pablo Iglesias dijo en el diario PúblicoCréanme si les digo que siendo hijo de un militante del FRAP y habiendo militado donde milité, tiene su mérito admirar a Carrillo.” (1)
  2. Forrest Gump decía que tonto es el que dice tonterías. Así pues, quien está inscrito al PCE es un… ¿comunista?, quien está afiliado a Falange es un..., quien dice tonterías es un... ¡tonto!; quien ayuda a robar un banco (aunque no sea el atracador material), es un...; quien pertenece a un grupo terrorista (aunque no asesine materialmente), es un… Opinen ustedes mismos.


Y el FRAP (2) fue un grupo terrorista por mucha democracia que ellos dijesen buscar o nos quisieran vender, que lo dudo porque cualquier tendencia leninista es autócrata; y ellos usaron técnicas, acciones y armas de grupos terroristas. Y el sr. Pablo Iglesias ha demostrado ser muchas cosas, menos ser demócrata.  

Así que animo a esa querella que Iglesias públicamente anunció; últimamente no le salen bien como le ocurrió con Eduardo Inda, o cuando acusó al Estado español y sus cloacas y ahora, se vislumbra – sólo digo se vislumbra – que la cloaca era él. Y digo esto porque está – según la prensa – al borde de la imputación o de ser investigado.

Iglesias es un panfletista como lo fue su padre. Al pobre, su padre, lo detuvo aquel régimen franquista a finales de abril de 1973, cuando distribuía panfletos sobre 1 de mayo, era otra de las actividades de este grupo terrorista, la propaganda.
 
Posiblemente Iglesias haya aprendido esto de su padre, por eso – según palabras suyas – si le dan a elegir entre educación y propaganda, él prefiere la propaganda. Pero ojo, ese tipo de propaganda típica de él, la del panfleto (3), por simple definición es “un escrito breve o libelo difamatorio de carácter agresivo”. Por eso le funcionan tan bien los mensajitos de Twitter. Son cortos, sin mucha argumentación – si fuesen más largos no tendrían efectos o se les descubrirían las cojeras o mentiras –, sirven para convencer a mentes pequeñas sin mucho razonamiento que leen poco. Le sirven para incendiar y crispar el ambiente político y social junto con sus adláteres los Monederos, los Echeniques, marquesados de Galapagar, etc.

Sin embargo una de las cosas que le fastidia a esta extrema izquierda es que otros usen sus mismas armas y que les afecten. Vamos a ver, criaturita de Dios, si tú dices burradas e incendias; prepárate porque también dirán burradas sobre ti e incendiarán también tu tejado. Si tú acusas, también te van a acusar. Si utilizar armas ilegales, los otros usaran otras ilegales contra ti. Ese es el problema de esta izquierda maniquea propiciada por Zapatero que de jarrón chino de adorno, pasó a ser el nexo de unión entre Sánchez e Iglesias a espaldas del PSOE. Zapatero fue el primero que jugó con el maniqueísmo y la bronca política, y que han ido desarrollando sus cachorros. Esa tendencia a reducir la realidad a la radicalidad entre lo bueno y lo malo es lo que está caracterizando la política de hoy. Lo mismo que durante siglos hizo la tan criticada, por ellos, Iglesia Católica, diferenciar el bien o mal.

Ya en el 2014, dije que se equivocaba el PSOE al descartar a Eduardo Madina – uno de los
más preparados –, un candidato de un carácter integrador y democrático. Pero este no era el perfil que le gustaba a ZP y a Susana Díaz no le interesaba – por sus pretensiones andaluzas –. Así que optaron por la frase de la trianera: “Este chico no vale, pero nos vale”, y apoyaron al peor: Pedro Sánchez.

El dúo Sánchez-Iglesias, Iglesias-Sánchez es – bajo mi punto de vista – la mayor “bomba antidemocrática” que hemos vivido y sufriremos en nuestra historia democrática.  Llevamos 81 años de paz (en lo que hoy se conforma como territorio español), el mayor periodo desde 1700, y nos asemejamos y vamos a acercarnos a situaciones muy parecidas a las vivida en 1936:

  • Un gobierno compuesto por los mismos (PSOE y la extrema izquierda). Sin mucho rumbo fijo y con sistema macro-económico no confiable ni definido (eso le ocurrió a Lenin). Nadia Calviño es un valor fuerte y fiable, pero las inconsistencias de María Jesús Montero – si fue penosa en Andalucía, para España está siendo nefasta – unidas a las ideas de la extrema izquierda de Iglesias – no admitidas por Alemania y otros socios de la UE –, nos hacen ser un país poco atractivo para el inversor externo.
  • Conflictividad en la vida política y en la calle. Propiciada como en el 36 por la extrema izquierda en el parlamento y llevada a la calle. Ahora, de una forma más moderna, lo hacen incendiando redes sociales y dominando los medios de comunicación. Usan la programación neurolingüística de una forma acertada para dominar las mentes más fáciles. Y luego se quejan si los otros hacen lo mismo que ellos.
  • Paro y pobreza. El parón económico por el Covid19, con sus ERTEs que se irán convirtiendo en EREs y el cierre de empresas, nos mostrará – pasado el verano – una realidad muy rara. Espero, por favor, equivocarme.
  • Empresariado que desconfía abiertamente del gobierno. Las traiciones al pacto social es algo que no gusta – por la incertidumbre – al empresariado ni al inversor. Las mentiras, las indecisiones, los cambios de opiniones y rumbos, los vaivenes no son buenos compañeros en la economía. Y si ésta se ve desde el punto de vista de Alberto Garzón, mal vamos, porque como licenciado en Económicas deja mucho que desear.
  • Relaciones exteriores que desconfían del gobierno actual. Lógico, con la crispación actual, con las promesas – económicamente difíciles – hechas desde el Ejecutivo, con las ideas vomitadas, por la radicalidad, y sin un presupuesto fiable y actualizado desde 2018 ¿quién puede confiar en nosotros? Comprendo el porqué los países del norte de la UE desconfían. Durante la guerra civil española nadie apoyó a la República, por eso mismo, por su radicalidad. Sólo la Unión Soviética apoyó la causa, y fue por dos motivos: para mantener aquel sistema pernicioso de izquierdas, y porque les servíamos de ensayo en cuanto a armas y métodos de guerra (igual hicieron Alemania e Italia).
  • Sólo falta un ejército disruptivoMenos mal que esto no se da en nuestra democracia actual. Aunque ya el incendiario de Iglesias (y luego su bulldog balbuceante), acusó ayer a Teodoro García Egea de insinuar a la Guardia Civil a una insubordinación. "¿Es consciente de lo que ha dicho? ¿Está llamando a la insubordinación de la Guardia Civil? ¿Está usted pidiendo que las fuerzas de seguridad incumplan las órdenes por incitación de ustedes? Sean ustedes prudentes, que nos estamos jugando la democracia". Es evidente que cualquier CFSE están habilitados para incumplir órdenes NO legales, por muy altas instancias que las ordene. Las investigaciones por parte del poder Judicial, no pueden – en democracia – ser interferidas por el poder Ejecutivo. Aunque el ministro del Interior negó explícitamente la interferencia en una actuación judicial, el vicepresidente 2º del gobierno, con su torpeza habitual, lo admitió implicitamente con sus preguntas al diputado popular. Por otra parte, la arrogante y dislocada actitud – bajo mi apreciación – del ministro del Interior con una aparente pérdida de la razón y serenidad política, y con un extraño ímpetu comenzó a eliminar a la cúpula de la Guardia Civil, ¿hasta encontrar un afín? Cuidado con esto que suena a bolivariano.

Con estas perspectivas me pregunto: ¿quién es un peligro para España, para nuestra democracia?, ¿quién da terror, la oposición o el propio gobierno?

Hoy nos despachamos con el cierre de Nissan (3.000 empleos directos y 12.000 indirectos); y ojo con Renault que Macron quiere liderar la fabricación de coches eléctricos en Europa, y piensa en la relocalización de las plantas de Renault en Francia. Lo tendrá fácil, si el dúo Iglesias-Sánchez está diseñando la subida de impuestos, subir el impuesto de sociedades y otras sandeces, Francia sólo tiene que facilitarles terrenos, impuestos y mano de obra. La guerra entre Sánchez y Macron está servida; hace unas semanas se materializó con las medidas al turismo, pero viene de antes ya que Sánchez no es de fiar para los galos, más que para los intereses que vendrán, y me refiero a intereses de ayudas. Ford es otra de las que pueden caer por nuestra nefasta relación con USA.



Lección para el gobierno:

  1. Directa a Raúl Blanco (Secretario General de Industria), con un espíritu culé y roquero
    no se puede ir con estilo chulesco y amenazar a Nissan, porque a los 3 días se van.
  2. Con esta crisis todos los países inteligentes harán dos cosas: potenciar la industria local e invertir.
  3. Para que exista bienestar y servicios públicos hacen falta impuestos, estos se consiguen cuando hay trabajo, el trabajo proviene de las empresas, las empresas vienen de la inversión… ¿es fácil? 
  4. Si lo que quiere Iglesias es la visceralidad contra el empresariado; usar la política para luchar contra ellos, destruir es orden establecido entre Estado-Empresa, amenazarlos con quitarles las empresas, crear un clima de inseguridad o intimidar; eso tiene un nombre (4) y si proviene de un poder del Estado como el Ejecutivo, podríamos llamarlo “terrorismo gubernamental”, o cuando menos “temeridad gubernamental”.
  5. Si lo que pretenden el tándem Sánchez-Iglesias es un sistema parecido al cubano, bolivariano o venezolano; ya les adelanto que aquello no funciona para el pueblo, sólo vale para enriquecer a sus partidarios y adláteres. La ciudadanía prefiere el modelo europeo, el de la UE.
  6. La salida posible es la industrialización y no depender tanto del sector servicio, que nuestro porcentaje en este sector terciario – lamentablemente – es muy superior al europeo. En octubre nos llegará el rescate, debemos usarlo en un cambio productivo enfocado a la industria nacional. Un cambio que ningún político ha tenido arrestos para enfrentar, Felipe González lo intentó, pero no salió como le marcó Europa. La crisis, al menos, debe servir para algo: crecer, hacernos líderes y únicos. Para eso hacen falta 3 cosas: dinero (que vamos a tener), un verdadero líder que no tenemos – uno sólo, no una cabeza bicéfala –, y un gobierno fuerte que tampoco tenemos. 

Así que señor marqués de Galapagar y adláteres, menos incendiar y más construir y si no valéis, idos. Y a la oposición (refiriéndome a cualquier partido no en el gobierno), oposición no se hace criticando sino teniendo un modelo alternativo que en ocasiones pueda servir. Y a Sánchez: tenga miras de Estado y no comparta colchón con quien deseando sus intereses, pone trabas a sus ruedas mientras apalea sus espaldas. Para salvar a un país, a veces – muchas veces – hace falta ser humilde y trabajar codo con codo con quien más te puede aportar. Cuando uno humildemente reconoce su debilidad, toma la iniciativa y pone el alma, se convierte en líder. A veces la competencia es la mejor compañía para crecer. 




De PolíticaTM



(3) Escrito breve o impreso de carácter satírico y agresivo que se utiliza como medio de combate en polémicas ideológicas o literarias o como medio de difamación
(4) Forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general.  https://es.wikipedia.org/wiki/Terrorismo_de_Estado



lunes, 25 de mayo de 2020

"SALIMOS MAS FUERTES" o el bálsamo de Fierabrás.



Comprar cabeceras y portadas de periódicos tiene un nombre: propaganda. Cosa que sabe hacer muy bien este gobierno de un presidente que miente y ya sin credibilidad dentro y fuera de nuestras fronteras, y de un vicepresidente con perfil de sheriff malo y violento que prefiere - son palabras suyas - la propaganda a la cultura.


"SALIMOS MAS FUERTES", no sólo es un eufemismo cruel, sino que suena a psicopatía. Con los muertos que llevamos a nuestras espaldas, tienen la poca vergüenza de querer anestesiarnos con propaganda. ¿Quién tiene arrestos para mirar a la cara a los familiares de tantos fallecidos y decirles: "salimos más fuertes"?, sólo un psicópata.

Con una economía en indices inferiores a la posguerra y paralizada e incierta, con los parados que hay, con las colas en comedores sociales que vemos, con las empresas y autónomos que tienen que cerrar... ¿Quién les dice, mirándole a los ojos, a toda esa gente: "salimos más fuerte"? Sólo puede hacerlo un psicópata, alguien que no sienta.

Jamás podremos recuperar a los fallecidos, ni los duelos no vividos, ni estos días robados. Pero tenemos la oportunidad de honrar, a partir de ahora, todos y cada uno de los días que nos quedan para que la Justicia - pilar fundamental de la democracia - prevalezca y se cumpla; y que nuestro trabajo y esfuerzo sirvan para hacer un país más justo y fuerte, donde jamás un político pueda manejarnos, utilizarnos y tratarnos como seres inferiores, desprovistos de intelecto y voluntad.


Es el momento de apretar los dientes, llorar lo que tengamos que llorar y echar a patadas a todos esos políticos que se han convertido en alimañas carroñeras que lastran nuestro futuro con su industria política. Así que hagamos lo mismo que con el gallo de Morón (*), no tengamos reparos o pudor, ellos no lo tienen, y nosotros tenemos la obligación de ejercer nuestros derechos. Su actual poder es nuestro, y recordad que somos soberanos.



De PolíticaTM






(*) Parte de mi sangre proviene de Morón de la Frontera, y allí existe la leyenda del Gallo de Morón. Un día los morenenses, allá por el año 1500, cansados de las bravatas de un juez (funcionario público) que con sus desafíos atemorizaba a todos, decidieron dejarlo completamente desnudo, lo apalearon y lo echaron del pueblo. Tuvo que irse sin plumas y cacareando en la mejor ocasión.

viernes, 22 de mayo de 2020

Este es el gobierno de la T.I.A., no el de España



Está claro que a este desgobierno de España hay que ponerle fin. Parecen la T.I.A. de Mortadelo y Filemón, del Superintendente, la srta. Ofelia y el doctor Bacterio. 

Son tan inútiles que no saben hacer una ley como le ocurrió a Irene Montero, la ministra puesta a dedo por exigencias de su pareja, El propio Ministerio de Justicia puso en entredicho su capacidad hasta para redactar.

Pero lo de Salvador Illa ya roza la chapuza y la broma. La Orden SND/422/2020, de 19 de mayo – la relativa a las mascarillas – es de una inseguridad jurídica tal que a cualquier estudiante de Derecho lo hubiesen suspendido por la redacción de la misma.

Y eso que la orden ministerial es cortita – sólo tiene 3 artículos – pero no tiene desperdicio. Advierto, al respetable que no tengo nociones jurídicas, pero razono.

Empezamos pronto, en art. 1, en el segundo párrafo: “…el uso de cualquier tipo de mascarilla...”, recomendando y no obligando las higiénicas y quirúrgicas. Es decir, podemos usar aquellas de servilleta de papel promocionada por el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla.

Art. 2.2 sobre las excepciones, en el apartado c), indica literalmente: “Causa de fuerza mayor o situación de necesidad”. Deja una interpretación muy amplia por parte del ciudadano: se me ha roto la mascarilla, no me la sé poner, o de repente siento ansiedad con ella, o incluso me duele la oreja y con este calor me estoy alterando; y aplico el art. 2.2.b. “…situación de discapacidad o dependencia presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización”.

Pero no, esto no acaba aquí. Art. 3, literal:

El uso de mascarilla será obligatorio en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros”.


Es decir, me da la opción a no usarla si preveo o presumo que puedo guardar la distancia de 2 metros (ya dijo Simón e Illa que la mejor mascarilla eran los 2 metros). La interpretación queda en manos del ciudadano o del policía de turno. ¿Qué ocurre si a un desaprensivo se le ocurre no guardar la distancia conmigo?, ¿la culpa es de él o mía?

Suena a chiste, pero ¡ojo!, con la redacción de esta orden se puede enlazar el delito de prevaricación por la no exigencia previa, en los momentos más álgidos de la pandemia, sobre el uso de las mascarillas. El pasado lunes, Fernando Simón, a la pregunta de ¿por qué ahora y no antes?; ha respondido que antes no se aconsejaba porque no se garantizaba el suministro, cuando según la Orden SND/422/2020 – amparándose en el RD 463/2020 – indica en su artículo 1 que vale cualquier tipo de mascarilla, dejando abierta la puerta legal al uso de “cualquier tipo” (de tela, de fabricación casera sin garantías sanitarias o verificación de calidad, las de Revilla…).

Recordemos aquellas frases de Simón cuando al hablar de mascarillas nos recordaba que no eran el factor clave:

No es el factor clave. El factor clave es el distanciamiento social. Lo más importante es llevarla, aunque sea en el bolsillo. Así, cuando estemos en una zona donde no podamos mantener una cierta distancia, menor de esos dos metros, habrá que ponérsela. Creo que tenemos que ser razonables”.


En fin, lo dicho al principio, más que un gobierno parecen la T.I.A. de Mortadelo y Filemón, del Superintendente, la srta. Ofelia y el doctor Bacterio.


De PolíticaTM





domingo, 17 de mayo de 2020

La libertad a precio de saldo.



El artículo 1 de la Declaración de los Derechos Humanos establece que:

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Y yo añado que nacemos con creatividad y decisión.

En los últimos meses nos hemos visto amenazados por el más letal de todos los enemigos del hombre. No me refiero al odio, la pereza, la rutina o la desesperanza. Ni siquiera al Coronavirus o COVID19. Me refiero a uno que provoca que tu corazón se desboque, que tu cuerpo se tense, y que nuestro cerebro no funcione bien; os hablo del miedo.

Thomas Hobbes decía que “el poder absoluto no nace de una imposición de lo alto, sino de la opción de los individuos que se sienten muy protegidos, renunciando y concediendo la propia libertad a un tercero”.

Esto mismo – dicho en el sXVII – es lo que hemos hecho – en el sXXI –  con el COVID-19 y con aquellos que abusando de nuestra confianza, nos mienten, y nos otorgan carta de vasallos.

Nos han anestesiado con técnicas de ingeniería social. Han jugado con nuestras creencias, nuestros miedos y han aplicado PNL (Programación NueroLingüistica). Y creedme porque de esto sé un poco.

Lo peor de todo es que ha ocurrido en todo el mundo, y si la sociedad civil no actúa, tendremos en breve un cambio de régimen mundial, un status quo diferente.

En España nos vendieron la idea de un estado de alarma (el RD 463/2020) donde no se menciona la palabra confinamiento. Donde nos limitan nuestros derechos fundamentales, como son el artículo 17 y 19 de nuestra Constitución; los referentes a libertad individual, y la libertad de circulación y elección de residencia, respectivamente. Que sólo se pueden suspender aplicando el artículo 55.1 de la Carta Magna, previo establecimiento del estado de excepción, no el de alarma.

Esto es un hecho objetivo. No voy a entrar a valorar los motivos y la concupiscencia parlamentaria que ya expliqué en un artículo de opinión el 11 de abril.  Ni de la idoneidad del confinamiento. Sólo os hablo de libertades.

A base de repetir mucho, palabras como confinamiento en intervenciones ministeriales, de forma repetitiva e intencionada, y en medios de comunicación; o  de insistirnos con palabras como mascarillas, guantes, gel hidroalcohólico – o hidrogel –, nueva normalidad, vacuna, ERTEs. Han conseguido parar una economía mundial – lo que jamás se había hecho –, cerrar empresas productivas y rentables, y destruir empleo. Con ello han logrado que ni sepamos que mascarilla usar, que nos pongamos los guantes a sabiendas que son mucho menos efectivos que un lavado de manos, que gastemos dinero en geles cuando el jabón de toda la vida es más desinfectante, y yo dudo que una vacuna sea más interesante que un rápido antiviral. De esta forma nos han mantenido enclaustrados, encarcelados porque hemos vendido nuestra libertad.

El ser humano se considera libre, es parte de nuestra naturaleza, pero nos dejamos abrazar por la sutiliza de una cultura, de una religión y de ideales no propios. En vez de pensar por nosotros mismos, somos pensados por otros.

Hace poco despedía a un amigo en la postrimería de sus días. Era sabedor que la vida se apagaba y se escapa entre los dedos. Amigo, maestro, hombre culto donde los haya, sabio, filósofo…

En el largo recorrido de su vida había leído mucho y filosofado sobre ello. Había influido y había enseñado, había aplacado tempranamente muchas rencillas y había generado preguntas nuevas allá donde nunca se generó o ni siquiera se cuestionaba.

En esos últimos instantes dijo algo que marcó un existir – Mi vida la he vivido condicionado o bajo el pensamiento de otros – Haciendo referencia a los clásicos leídos y a todos aquellos a los que él entendió como eruditos y válidos de un pensamiento, corriente o idea; y meditando serenamente, con su carácter sosegado, se preguntó – ¿y mis pensamientos dónde quedan? 


Amigos, ser libre es un don y un deber del ser humano. Sin embargo nos encadenamos fácilmente. Y quien no goza de su libertad completa, no es hombre.

Igual que al toro bravo le presentan una muleta y ciegamente entra al engaño, nos han presentado miedos y creencias; y han jugado con expresiones que han horadado sutil e inconscientemente nuestras mentes. Y este engaño nos lo han adornado con palabras como derecho, vida y democracia.

Del hombre democrático sale el hombre tirano, ya lo decía Platón (La República). Y democracia, no es ni más ni menos que una la forma de gobierno de aquellos que nos embaucan con sus palabras que a veces es interrumpida – históricamente por un dictador –. Lenin decía que la democracia es la forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano.

Con estos engaños hemos vivido como en aquella película protagonizada por Bill Murray: El día de la marmota, todos los días eran iguales. Mientras tanto, ellos – los gobernantes y sus adláteres – amparados en un supuesto legal estado de alarma construyen su reinado, a espaldas del pueblo, con toda opacidad, a base de decretos.

Hemos cambiado el sistema feudal del medievo por uno clientelar y “democrático”. Ahora no hay duques, condes o marqueses a los que servir; los hemos sustituido por presidentes, vicepresidentes, ministros, consejeros, alcaldes y otras especies. Los impuestos son los mismos que aquellos de la Edad Media, y nos expolian de la misma forma. Los soldados que venían con cascos, lanzas y espadas a expoliar nuestras casas, granjas, vacas, cabras, hogazas de pan…, ahora son jueces, agentes judiciales, policías, desahucios, embargos de cuentas, pero todo ello bajo la maquillada e inmaculada protección profiláctica del Estado de Derecho.

Nuestra sumisión o vasallaje es tal que nos debemos a sus prebendas, ideologías o frases lapidarias con las que nos alinean como rebaño. O en el mejor de los casos dicen garantizar una cierta seguridad. “La sumisión de los súbditos a su soberano se entiende debe durar tanto y no más, cuando a éste le dura el poder para protegerlos”, esta frase también es de Thomas Hobbes, y toma una relevancia importantísima en estos días. 

Nos roban el libre albedrío, la creatividad, la libre expresión, los derechos fundamentales, los abrazos, nuestras relaciones e incluso los sentimientos…; y todo ello bajo el paraguas del miedo.

La libertad se pierde cuando se agacha la cabeza y se admite cualquier conculcación de las libertades y derechos.

El hombre que decide no ser libre, no merece serlo. Es entonces cuando pierde su propio pensamiento, adopta los de otros y se convierte en un pensado.



De PolíticaTM

miércoles, 13 de mayo de 2020

Gobierno "democrático" a lo Julio César y Marco Antonio




¡A buenas horas mangas verdes!

A las puertas de la quinta prórroga del estado de alarma, aparece Pablo Casado y Teodoro García Egea con su plan B.  Plan B que como el gobierno de los picapiedras, ni tenían planteado, ni se le esperaba. Y en quince días se despachan con una alternativa al estado de alarma de Sánchez e Iglesias. Antes de esto ¿que han hecho sus señorías? N A D A

Mal, muy mal, señor Casado, como oposición. Este plan, del PP, debiera haber estado listo en la anterior propuesta de ampliación del estado de alarma. Ahora, llega tarde. Y su tardanza tuvo un efecto: la bisagra de Ciudadanos; que a la postre se me antoja peligrosa para acuerdos de gobernabilidad en Andalucía y Madrid, como mínimo.

Una oposición no está sólo para criticar y debilitar a un gobierno con aspavientos, como hace VOX y otros partidos del montón; sino para elaborar un gobierno alternativo – en la sombra –, unas alternativas claras y elaboradas, donde se puedan contrastar formas y modos de gobernabilidad. Y por supuesto para elaborar un control parlamentario eficaz, llegando incluso a denunciar lo no legal.

Pero no, el PP se ha ceñido a lo fácil – a lo mediocre –, a dejarse intimidar por lo “políticamente correcto” haciendo lo incorrecto, como hicieron otros tantos: aprobar la primera ampliación del estado de alarma, sabiendo que era inconstitucional y convirtiendo la inconstitucionalidad del gobierno, con su voto, en una decisión parlamentaria. Por eso mismo el Tribunal Supremo se lava las manos y trasfiere la inconstitucionalidad del Decreto 463/2020 al Tribunal Constitucional. Lo que el gobierno ha ejercido hasta ahora no es un estado de alarma, sino de excepción; y si es lo que buscaban debieran haberlo pactado en el Congreso, donde reside la soberanía popular, y se hubiese podido enriquecer con propuestas y medidas.


Sin embargo la oposición compuesta por PP, Vox, Ciudadanos y la caterva de parásitos independentistas, separatistas, “antisistemas” e “inconstitucionalistas” se alinearon en una piña bajo el paraguas de Sánchez. Ahora sólo les queda formar detrás de él, a sus órdenes y dictados. Su liderazgo, señor Casado, ha quedado entredicho y ha propiciado que Sánchez (a lo Julio César) gobierne con Marco Antonio (Pablo Iglesias) a base de decretos, hasta que pase el verano, ya que en junio finaliza el periodo parlamentario; luego cuando volvamos – después del verano – será tarde para la economía y los españoles.



Esto de la política es una industria de casi 25.000.000.000 de euros que en gran parte pagamos entre todos los españoles. Quizás debiéramos hacer un trasvase, de este tipo de industria parásita e inoperativa, a una industria productiva. Al fin y al cabo cuando se gobierna a base de decretos y dictados, pocos parlamentarios, senadores y partidos nos hacen falta. Sí, es duro leer esto, pero quien gobierna con decretos y dictados, con parlamentos vacíos y sin opciones parlamentarias es un...


Ya lo decía Lenín "la democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano".








De PolíticaTM