miércoles, 1 de mayo de 2019

El Silencio


En cierta ocasión acudí a una de esas reuniones filosófico-esotéricas, de enlutado atuendo, en las que era bien recibido. Uno de los temas a tratar ese día era “el Silencio”.

El orador puso sus folios sobre el atril, y articuló verbalmente el título, diciendo – El Silencio –. De forma ritual comenzó a pasar uno a uno, en silencio, aquellos pliegos en blanco como si los leyese.
Todos estábamos atónitos. Pasados quince minutos de un silencio respetuoso y brutal, dijo – He dicho.

Lo silenciado, callado queda – en reserva para sí mismo –, lo expresado queda expuesto al beneficio de la crítica, la duda o la razón.

En el mundo del coaching, la comunicación y los gurús que surgen al amparo de nuevas formas, se suele tergiversar el análisis de Albert Mehrabian.    

He visto como de forma categórica llegan a maltratar a sus “aprendices” con la importancia de la comunicación no verbal. Ésta es importante, pero no hay que ser talibán de la materia.

Algunos defienden con febril y enfermiza postura que “…la comunicación se compone de lenguaje verbal y no verbal. El primero lo compone la palabra – lo que se dice – y supone un 7 % de la comunicación (dicho queda como si fuese cierto); la voz – entonación, tono, modulación… – es el 38 %; pero lo más importante es el lenguaje no verbal – gestos, posturas, movimiento de los ojos… –  que supone el 55 % de la comunicación”.

¡Y se quedan tan a gusto! Mayúsculo error y es una distorsión de los estudios realizados por este psicólogo iraní.

"Con la voz, amamos, acariciamos, reímos, lloramos, cuidamos, protegemos, damos aliento, gritamos, discutimos, silenciamos, mitigamos el dolor ajeno, cantamos, reflexionamos, buscamos, actuamos, encontramos, recitamos, rezamos, meditamos, enseñamos, manifestamos, razonamos, murmuramos…" (de Laura Neira – Psicología de la voz)

Y el silencio dice tanto…, que unos lo entienden y otros noPuede afirmar y aceptar, o negar, cuestionar, dudar e incluso dejar escapar ocasiones y amores. A veces el silencio es observador, y a veces un otoño gris. Según el espacio donde se use, su tiempo y tempo…, dicen más que palabras, tonos y gestos. 

El silencio dice tanto…, que unos lo entienden y otros no.


Es cuánto.