domingo, 7 de febrero de 2021

Mis dudas sobre la vacuna del Covid19

 



A ver si lo he entendido bien. Nos dicen que la vacuna es la solución a la pandemia del Covid19, ¿verdad? Hasta ahí todo entendido, ¿cierto? Me lo creo porque salen muchos políticos diciendo eso, periodistas de saldo que saben de todo, y muchos contertulios “chupa cámaras” que dicen ser expertos en esto y seguramente saben más que yo. Lo que me preocupa es que lo diga Fernando Simón y Pedro Sánchez. Ahí ya comienzo a dudar, tengo un 95% de probabilidades de que me estén mintiendo.

Una vacuna es, si no me equivoco,  un preparado que se consigue con el agente, debilitado o muerto, causante de la enfermedad, para estimular nuestro sistema inmunológico y crear anticuerpos. Sin embargo ahora, la vacuna del Covid19 está realizada bajo una nueva tecnología, donde no se introduce el patógeno atenuado o parte de él, sino unas instrucciones para que nuestro propio organismo cree el antígeno.

La vacuna está preparada para que no enfermemos, lo que no significa que no nos contagiemos. Entonces, ¿aun vacunados, podríamos ser transmisores, podríamos ser asintomáticos? Pues,  ¡sorpresa!, la OMS no tiene respuesta a esto. Lo veremos con el tiempo.

Bien. Creo que lo voy comprendiendo. Pero no sé qué nos están vendiendo, entonces.

Ahora quieren sacar un carnet o pasaporte para garantizar que estamos vacunados – vamos

como las cartillas de vacunas de toda la vida –, y nos venden esto como una novedad.

La novedad está en que con ese carnet o certificado de estar vacunados podemos viajar, acudir a eventos, campos de fútbol, cines, etc., pero… ¿aun habiéndonos contagiado, sin síntomas, y con la posibilidad de transmitir la enfermedad allá donde vayamos? Porque al parecer cabe la posibilidad de estar vacunados, contraer la enfermedad y que no nos afecte, por el hecho de estar vacunados.

Necesito que alguien me explique eso del carnet. Y la tranquilidad que nos están vendiendo con la vacuna. Recuerdo a sus señorías que estamos entregando libertades fundamentales, nuestros negocios y economías por una falsa seguridad que no nos explican; o cuando menos nos dejan dudas razonables.

Por cierto, ¿cuánto dura el efecto de la vacuna?

 

                                                                                                         De PolíticaTM



El insostenible Estado de las Autonomías y el decadente sistema productivo español

 


Quizás el título correcto hubiese sido: "El decadente Estado de las Autonosuyas y el insostenible sistema productivo español". Es paradójico que algunos griten contra la monarquía, cuando vivimos en reinos de taifas. 

A parte de las viscerales y enfermizas razones históricas de algunas regiones, la razón del 
Estado de las Autonomías fue el acercamiento de la Administración al ciudadano, y todo basado en el concepto autonómico de la II República.

La crisis económico-sanitaria actual ha dejado al descubierto y la luz pública la ineficacia de un estado autonómico. En cuestión de sanidad, muchos han abogado por devolver esta competencia al Estado, quién por cobardía política y partidista se ha lavado las manos para curarse de culpas y se ha sacado de la chistera: la cogobernanza. 17 autonomías con 17 medidas distintas que hacen diferentes a los ciudadanos ante una misma ley o Real Decreto, y ante un mismo problema.


El sistema vejatorio que algunos independentistas practican – con la aquiescencia de los gobiernos de turno – hacia la educación en lengua española (erróneamente llamada castellano) y su adicción a reescribir la historia de forma perversa, deja de manifiesto el peligro de mantener una educación en manos de fanáticos. Del mismo modo se ha demostrado la parcialidad política con el sistema penitenciario, competencia ésta que debiera ser rescatada por Estado. Pero el gobierno actual – que a veces se antoja hasta corrupto – no sólo no la rescata sino que las negocia con otras comunidades, cuyos partidos representativos obligan bajo amenazas su transferencia.

El nivel de digitalización de la Administración Pública ya es considerablemente alto y puede incrementarse aún más. Y si a esto le añadimos que con la pandemia hemos aprendido a no acudir a las oficinas públicas, que la mayor parte de las gestiones y trámites pueden realizarse telemáticamente, ¿qué sentido tiene mantener una Administración tan extensa? 

Aunque políticamente, hoy por hoy, es inviable la vuelta a un Estado centralizado, debido a la disparidad entre partidos e intereses de siglas, la propia UE, en varias ocasiones, ha dejado clara su preocupación por el alto coste público que conllevan las autonomías en España.

Cualquier país que aspire a ser eficiente y sostenible, es difícil que pueda mantener a un sector público que significa algo más del 13% de su población empleada con un salario superior al 49,7% que el del sector privado. Pero claro, siempre es bueno que existan niños chicos a los que culpar, culpemos pues a las pensiones.

¿Qué ocurriría en España, si en vez de ser cada vez más burocráticos y afincados al sector servicios, fluyésemos al sector productivo? ¿Y si abandonásemos el concepto autonómico de la II República, y nos adaptásemos al actual contexto europeo y de economía mundial?, ¿seríamos más eficientes?

En ocasiones hemos oído hablar a nuestros políticos de algo que ellos llaman cambio del sistema productivo, sin propuestas claras, ni resultados objetivos. Desde aquella reconversión industrial fallida, en manos de Felipe González, hasta el actual Gobierno del desgobierno que le cuesta sacar un Real Decreto sin errores o dualidades, nadie se ha atrevido.

Pues ya es hora de hacerlo, y aquí tengo que dale la razón – muy a pesar mío – al actual ministro de Consumo, si no queremos seguir siendo el país de los desperdicios. Dónde Europa y otros nos ven como el lugar ideal para sus vacaciones y pasar una jubilación perfecta a precio de saldo. Es el momento de dejar de ser lacayos al servicio de una Europa industrializada.


                                                                                                                         De PolíticaTM