jueves, 28 de febrero de 2013

Soñemos en andaluz



Soñemos en andaluz, ¿es posible? Después de treinta y cinco años – contando desde el periodo preautonómico –, sólo cabe la reflexión:

¿Cuál es el sentido andaluz?, ¿qué logros y libertades hemos conseguido con la autonomía?, ¿hacia dónde se encamina el futuro andaluz?

Es cierto que se ha conseguido un gobierno más cercano, menos centralizado, pero tan burocrático y alejado del pueblo como lo pueda ser el de un ejecutivo central. Los políticos si no se han constituido – por ellos mismos – en una casta profesionalizada, sí se han situado en un extracto social distinto y alejado de los votantes.

Andalucía, con sus riquezas – distintas y afortunadas – y oportunidades, sigue marcando los índices proporcionales más desfavorecidos de Europa y España. Seguimos estando a la cola, seguimos manteniendo el sello de la pandereta, seguimos siendo “la granja explotable” que denunciaba Blas Infante.

Recuerdo haber leído “El discurso de la mentira” con trece años. Aquella obra de Joaquín Romero Murube me hizo soñar en una Andalucía próspera, moderna y orgullosa de su historia. Pero no nos bastará con su historia – pensé en aquel momento –, habría que estructurar estrategias alejadas de partidismos y de “embucha sacos” de rentabilidades políticas.

Hoy día de Andalucía, en la tranquilidad de mi “Cueva de las Ideas” (emulando a La Caverna de las Ideas) en “los callejones”, me viene a la memoria una conversación que mantuve con mi abuelo, cuando contaba 13 años.


– Y esto del sentimiento andaluz y de la patria andaluza, ¿qué es abuelo?

– ¡Y yo que sé! En mi vida he oído hablar de esto.

– ¿Y el himno andaluz...?, ¿lo has oído antes?

Me miró como se mira la ingenuidad de un crío y con la certeza de no saber qué contestarme. – Lo único que puedo decirte es que con él no se va a ninguna parte.

– Pero abuelo, habla de paz, de esperanza, de libertades, de luces...

– Ya –. Y con una pregunta reflexionó –. ¿Habla ese himno de trabajo y esfuerzo? Sin eso no se consigue nada grande. Sin objetivos, trabajo y sacrificios no se consiguen metas. ¿Y, por cierto, desde cuándo se pide tierra y libertad?, eso no se pide, se toma porque nos pertenece. Porque le pertenece al pueblo.

– Entonces, abuelo..., el himno, la bandera...

– No sé en qué siglo se enarboló esa bandera, para que digan que vuelve tras siglos de guerra. Seguramente nos iremos enterando conforme avance esto que quieren llamar autonomía, irán desterrando libros e historias...

Hoy por hoy, el panorama andaluz es muy distinto al que soñé. Quizás estemos envueltos en un juego de espejos caprichosos, donde nada es lo que parece; cabe la posibilidad que el juego pueda ser arriesgado. Espero estar equivocado, pero posiblemente nos hayamos acostumbrado a las subvenciones que nos han atado a lo cómodo. Hemos permitido, durante años, que nuestras empresas vayan desapareciendo de nuestro territorio. Hemos dejado que nuestros campos – ricos en todo – dejen de producir en agricultura y en ganadería, y junto con nuestro litoral se vean subyugados a las imposiciones de un gobierno extranjero.

Madrid – arrodillada ante Bruselas – dicta, prácticamente, los límites andaluces. ¿Dónde está nuestra autonomía?



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