En
este largo periodo de convalecencia obligada e inmovilizada os traigo una serie
que emitió RTVE en 1989. Consta de diez capítulos, de unos cincuenta
minutos de duración. Pero antes os adentraré en el personaje.
Es
don Pedro una figura mítica de la Sevilla con encanto que ha pasado, con los
siglos, a formar parte de su leyenda.
Unos, lo partidarios de los Trastámaras, lo llamaron el cruel; otros como Felipe II, el justiciero. Carlos Ros, en su libro “Doña María Coronel, el amor imposible de Pedro el Cruel”, lo califica como el “Enfermo”, y aprovecha para desmontar la persecución de leyenda contra esta dama sevillana, por parte del rey; es más desmitifica el hecho de que ella – doña María Coronel – quemase su cara con aceite hirviendo para disuadir el supuesto enamoramiento del monarca.
Unos, lo partidarios de los Trastámaras, lo llamaron el cruel; otros como Felipe II, el justiciero. Carlos Ros, en su libro “Doña María Coronel, el amor imposible de Pedro el Cruel”, lo califica como el “Enfermo”, y aprovecha para desmontar la persecución de leyenda contra esta dama sevillana, por parte del rey; es más desmitifica el hecho de que ella – doña María Coronel – quemase su cara con aceite hirviendo para disuadir el supuesto enamoramiento del monarca.
Yo
más bien digo, que don Pedro cayó en la ingenuidad de un joven de dieciséis
años. Fueron la época y el entorno, cruel con este joven rey. Su propia madre,
la que ordenó matar – por celos – a la madre de sus hermanastros, y éstos se
aliaron contra el rey legítimo de Castilla y León. Perdonó traiciones tantas
veces como pudo, hasta que quedó convencido de la maldad de una Corte alejada de él.
Intentó
reinar y legislar en justicia. Pensó más en beneficiar a campesinos,
menestrales y a los burgos que a la alta
nobleza, a quién siempre tuvo en contra por este hecho. Estableció el salario
mínimo, el derecho al descanso y a elegir señor (patrono), protegió a judíos y
musulmanes...
Amó
con locura a doña María de Padilla – toda una reina para Castilla –, el único
reducto de sinceridad, templanza y amor que tuvo. Se dice que en su vida hubo
muchas amantes y amoríos; leyendas, todas, forjadas por sus contrarios – los Guzmanes – capitaneados por su hermanastro, don Enrique, al que unos le llamaron
el Trastámara, otros el de las mercedes, y yo le llamo el envidioso. El
envidioso, sí, porque envidió la legitimidad y heredad de la corona de su
hermano, así como sus virtudes.
No
os canso más con palabras. Os dejo los enlaces de la serie prometida. Disfrutad.
La
serie:
Don Pedro I el Cruel
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
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