Quien sabe, entiende.
La vida fluye en directo,
no a través de cristales negros. La vida es sencilla y llena de sentimientos.
Llega un instante y todo se convierte en difícil. Es entonces cuando dejamos de
apreciar lo sencillo, lo que realmente nos hace feliz.
Beber agua fresca,
correr, reír, volar, comer subidos en aquella higuera, o refrescarnos en aquel
otro arroyo. Descansar en la hierba fresca, sin ruidos, tú y yo con la suave
música que la naturaleza nos regala. – Y esta naranja no es ná, mayor refresco no ha inventado la humanidad.
Y nos intoxicamos. Llega
el estrés, las preocupaciones, llegan los problemas y sus influencias, las
comparaciones, los malos hábitos y las prisas. Ya no vemos desde aquella altura
de nuestros sueños, se perdió la perspectiva.
Ya no es hora, se perdió la inocencia. Perdimos la fe, la confianza y la alegría. Sin querer un día crecimos.
Quien sabe entiende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario