lunes, 25 de mayo de 2020

"SALIMOS MAS FUERTES" o el bálsamo de Fierabrás.



Comprar cabeceras y portadas de periódicos tiene un nombre: propaganda. Cosa que sabe hacer muy bien este gobierno de un presidente que miente y ya sin credibilidad dentro y fuera de nuestras fronteras, y de un vicepresidente con perfil de sheriff malo y violento que prefiere - son palabras suyas - la propaganda a la cultura.


"SALIMOS MAS FUERTES", no sólo es un eufemismo cruel, sino que suena a psicopatía. Con los muertos que llevamos a nuestras espaldas, tienen la poca vergüenza de querer anestesiarnos con propaganda. ¿Quién tiene arrestos para mirar a la cara a los familiares de tantos fallecidos y decirles: "salimos más fuertes"?, sólo un psicópata.

Con una economía en indices inferiores a la posguerra y paralizada e incierta, con los parados que hay, con las colas en comedores sociales que vemos, con las empresas y autónomos que tienen que cerrar... ¿Quién les dice, mirándole a los ojos, a toda esa gente: "salimos más fuerte"? Sólo puede hacerlo un psicópata, alguien que no sienta.

Jamás podremos recuperar a los fallecidos, ni los duelos no vividos, ni estos días robados. Pero tenemos la oportunidad de honrar, a partir de ahora, todos y cada uno de los días que nos quedan para que la Justicia - pilar fundamental de la democracia - prevalezca y se cumpla; y que nuestro trabajo y esfuerzo sirvan para hacer un país más justo y fuerte, donde jamás un político pueda manejarnos, utilizarnos y tratarnos como seres inferiores, desprovistos de intelecto y voluntad.


Es el momento de apretar los dientes, llorar lo que tengamos que llorar y echar a patadas a todos esos políticos que se han convertido en alimañas carroñeras que lastran nuestro futuro con su industria política. Así que hagamos lo mismo que con el gallo de Morón (*), no tengamos reparos o pudor, ellos no lo tienen, y nosotros tenemos la obligación de ejercer nuestros derechos. Su actual poder es nuestro, y recordad que somos soberanos.



De PolíticaTM






(*) Parte de mi sangre proviene de Morón de la Frontera, y allí existe la leyenda del Gallo de Morón. Un día los morenenses, allá por el año 1500, cansados de las bravatas de un juez (funcionario público) que con sus desafíos atemorizaba a todos, decidieron dejarlo completamente desnudo, lo apalearon y lo echaron del pueblo. Tuvo que irse sin plumas y cacareando en la mejor ocasión.

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