jueves, 28 de mayo de 2020

De terroristas a terrorismo gubernamental.





Ayer Álvarez de Toledo – parlamentaria de discurso fácil – acusó a Iglesias de tener "intimidad con el inframundo de ETA" y también "complacencia con la violencia". Le llamó "burro de Troya de la democracia, embajador de los etarras" y entre sus acusaciones estuvieron el tener "un plan contra la democracia", "violentar los derechos de los españoles", "apadrinar a los que buscan la destrucción del Estado", "legitimar la violencia", de "usar la pandemia para imponer su proyecto" e incluso lo enmarcó con el difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez, los ayatolás de Irán y otros dirigentes de ese estilo.

Pero lo que más le dolió a Iglesias fue que le llamase "hijo de terrorista". Vamos a ver, recapitulemos:
  1. Tras la muerte de Santiago Carrillo, Pablo Iglesias dijo en el diario PúblicoCréanme si les digo que siendo hijo de un militante del FRAP y habiendo militado donde milité, tiene su mérito admirar a Carrillo.” (1)
  2. Forrest Gump decía que tonto es el que dice tonterías. Así pues, quien está inscrito al PCE es un… ¿comunista?, quien está afiliado a Falange es un..., quien dice tonterías es un... ¡tonto!; quien ayuda a robar un banco (aunque no sea el atracador material), es un...; quien pertenece a un grupo terrorista (aunque no asesine materialmente), es un… Opinen ustedes mismos.


Y el FRAP (2) fue un grupo terrorista por mucha democracia que ellos dijesen buscar o nos quisieran vender, que lo dudo porque cualquier tendencia leninista es autócrata; y ellos usaron técnicas, acciones y armas de grupos terroristas. Y el sr. Pablo Iglesias ha demostrado ser muchas cosas, menos ser demócrata.  

Así que animo a esa querella que Iglesias públicamente anunció; últimamente no le salen bien como le ocurrió con Eduardo Inda, o cuando acusó al Estado español y sus cloacas y ahora, se vislumbra – sólo digo se vislumbra – que la cloaca era él. Y digo esto porque está – según la prensa – al borde de la imputación o de ser investigado.

Iglesias es un panfletista como lo fue su padre. Al pobre, su padre, lo detuvo aquel régimen franquista a finales de abril de 1973, cuando distribuía panfletos sobre 1 de mayo, era otra de las actividades de este grupo terrorista, la propaganda.
 
Posiblemente Iglesias haya aprendido esto de su padre, por eso – según palabras suyas – si le dan a elegir entre educación y propaganda, él prefiere la propaganda. Pero ojo, ese tipo de propaganda típica de él, la del panfleto (3), por simple definición es “un escrito breve o libelo difamatorio de carácter agresivo”. Por eso le funcionan tan bien los mensajitos de Twitter. Son cortos, sin mucha argumentación – si fuesen más largos no tendrían efectos o se les descubrirían las cojeras o mentiras –, sirven para convencer a mentes pequeñas sin mucho razonamiento que leen poco. Le sirven para incendiar y crispar el ambiente político y social junto con sus adláteres los Monederos, los Echeniques, marquesados de Galapagar, etc.

Sin embargo una de las cosas que le fastidia a esta extrema izquierda es que otros usen sus mismas armas y que les afecten. Vamos a ver, criaturita de Dios, si tú dices burradas e incendias; prepárate porque también dirán burradas sobre ti e incendiarán también tu tejado. Si tú acusas, también te van a acusar. Si utilizar armas ilegales, los otros usaran otras ilegales contra ti. Ese es el problema de esta izquierda maniquea propiciada por Zapatero que de jarrón chino de adorno, pasó a ser el nexo de unión entre Sánchez e Iglesias a espaldas del PSOE. Zapatero fue el primero que jugó con el maniqueísmo y la bronca política, y que han ido desarrollando sus cachorros. Esa tendencia a reducir la realidad a la radicalidad entre lo bueno y lo malo es lo que está caracterizando la política de hoy. Lo mismo que durante siglos hizo la tan criticada, por ellos, Iglesia Católica, diferenciar el bien o mal.

Ya en el 2014, dije que se equivocaba el PSOE al descartar a Eduardo Madina – uno de los
más preparados –, un candidato de un carácter integrador y democrático. Pero este no era el perfil que le gustaba a ZP y a Susana Díaz no le interesaba – por sus pretensiones andaluzas –. Así que optaron por la frase de la trianera: “Este chico no vale, pero nos vale”, y apoyaron al peor: Pedro Sánchez.

El dúo Sánchez-Iglesias, Iglesias-Sánchez es – bajo mi punto de vista – la mayor “bomba antidemocrática” que hemos vivido y sufriremos en nuestra historia democrática.  Llevamos 81 años de paz (en lo que hoy se conforma como territorio español), el mayor periodo desde 1700, y nos asemejamos y vamos a acercarnos a situaciones muy parecidas a las vivida en 1936:

  • Un gobierno compuesto por los mismos (PSOE y la extrema izquierda). Sin mucho rumbo fijo y con sistema macro-económico no confiable ni definido (eso le ocurrió a Lenin). Nadia Calviño es un valor fuerte y fiable, pero las inconsistencias de María Jesús Montero – si fue penosa en Andalucía, para España está siendo nefasta – unidas a las ideas de la extrema izquierda de Iglesias – no admitidas por Alemania y otros socios de la UE –, nos hacen ser un país poco atractivo para el inversor externo.
  • Conflictividad en la vida política y en la calle. Propiciada como en el 36 por la extrema izquierda en el parlamento y llevada a la calle. Ahora, de una forma más moderna, lo hacen incendiando redes sociales y dominando los medios de comunicación. Usan la programación neurolingüística de una forma acertada para dominar las mentes más fáciles. Y luego se quejan si los otros hacen lo mismo que ellos.
  • Paro y pobreza. El parón económico por el Covid19, con sus ERTEs que se irán convirtiendo en EREs y el cierre de empresas, nos mostrará – pasado el verano – una realidad muy rara. Espero, por favor, equivocarme.
  • Empresariado que desconfía abiertamente del gobierno. Las traiciones al pacto social es algo que no gusta – por la incertidumbre – al empresariado ni al inversor. Las mentiras, las indecisiones, los cambios de opiniones y rumbos, los vaivenes no son buenos compañeros en la economía. Y si ésta se ve desde el punto de vista de Alberto Garzón, mal vamos, porque como licenciado en Económicas deja mucho que desear.
  • Relaciones exteriores que desconfían del gobierno actual. Lógico, con la crispación actual, con las promesas – económicamente difíciles – hechas desde el Ejecutivo, con las ideas vomitadas, por la radicalidad, y sin un presupuesto fiable y actualizado desde 2018 ¿quién puede confiar en nosotros? Comprendo el porqué los países del norte de la UE desconfían. Durante la guerra civil española nadie apoyó a la República, por eso mismo, por su radicalidad. Sólo la Unión Soviética apoyó la causa, y fue por dos motivos: para mantener aquel sistema pernicioso de izquierdas, y porque les servíamos de ensayo en cuanto a armas y métodos de guerra (igual hicieron Alemania e Italia).
  • Sólo falta un ejército disruptivoMenos mal que esto no se da en nuestra democracia actual. Aunque ya el incendiario de Iglesias (y luego su bulldog balbuceante), acusó ayer a Teodoro García Egea de insinuar a la Guardia Civil a una insubordinación. "¿Es consciente de lo que ha dicho? ¿Está llamando a la insubordinación de la Guardia Civil? ¿Está usted pidiendo que las fuerzas de seguridad incumplan las órdenes por incitación de ustedes? Sean ustedes prudentes, que nos estamos jugando la democracia". Es evidente que cualquier CFSE están habilitados para incumplir órdenes NO legales, por muy altas instancias que las ordene. Las investigaciones por parte del poder Judicial, no pueden – en democracia – ser interferidas por el poder Ejecutivo. Aunque el ministro del Interior negó explícitamente la interferencia en una actuación judicial, el vicepresidente 2º del gobierno, con su torpeza habitual, lo admitió implicitamente con sus preguntas al diputado popular. Por otra parte, la arrogante y dislocada actitud – bajo mi apreciación – del ministro del Interior con una aparente pérdida de la razón y serenidad política, y con un extraño ímpetu comenzó a eliminar a la cúpula de la Guardia Civil, ¿hasta encontrar un afín? Cuidado con esto que suena a bolivariano.

Con estas perspectivas me pregunto: ¿quién es un peligro para España, para nuestra democracia?, ¿quién da terror, la oposición o el propio gobierno?

Hoy nos despachamos con el cierre de Nissan (3.000 empleos directos y 12.000 indirectos); y ojo con Renault que Macron quiere liderar la fabricación de coches eléctricos en Europa, y piensa en la relocalización de las plantas de Renault en Francia. Lo tendrá fácil, si el dúo Iglesias-Sánchez está diseñando la subida de impuestos, subir el impuesto de sociedades y otras sandeces, Francia sólo tiene que facilitarles terrenos, impuestos y mano de obra. La guerra entre Sánchez y Macron está servida; hace unas semanas se materializó con las medidas al turismo, pero viene de antes ya que Sánchez no es de fiar para los galos, más que para los intereses que vendrán, y me refiero a intereses de ayudas. Ford es otra de las que pueden caer por nuestra nefasta relación con USA.



Lección para el gobierno:

  1. Directa a Raúl Blanco (Secretario General de Industria), con un espíritu culé y roquero
    no se puede ir con estilo chulesco y amenazar a Nissan, porque a los 3 días se van.
  2. Con esta crisis todos los países inteligentes harán dos cosas: potenciar la industria local e invertir.
  3. Para que exista bienestar y servicios públicos hacen falta impuestos, estos se consiguen cuando hay trabajo, el trabajo proviene de las empresas, las empresas vienen de la inversión… ¿es fácil? 
  4. Si lo que quiere Iglesias es la visceralidad contra el empresariado; usar la política para luchar contra ellos, destruir es orden establecido entre Estado-Empresa, amenazarlos con quitarles las empresas, crear un clima de inseguridad o intimidar; eso tiene un nombre (4) y si proviene de un poder del Estado como el Ejecutivo, podríamos llamarlo “terrorismo gubernamental”, o cuando menos “temeridad gubernamental”.
  5. Si lo que pretenden el tándem Sánchez-Iglesias es un sistema parecido al cubano, bolivariano o venezolano; ya les adelanto que aquello no funciona para el pueblo, sólo vale para enriquecer a sus partidarios y adláteres. La ciudadanía prefiere el modelo europeo, el de la UE.
  6. La salida posible es la industrialización y no depender tanto del sector servicio, que nuestro porcentaje en este sector terciario – lamentablemente – es muy superior al europeo. En octubre nos llegará el rescate, debemos usarlo en un cambio productivo enfocado a la industria nacional. Un cambio que ningún político ha tenido arrestos para enfrentar, Felipe González lo intentó, pero no salió como le marcó Europa. La crisis, al menos, debe servir para algo: crecer, hacernos líderes y únicos. Para eso hacen falta 3 cosas: dinero (que vamos a tener), un verdadero líder que no tenemos – uno sólo, no una cabeza bicéfala –, y un gobierno fuerte que tampoco tenemos. 

Así que señor marqués de Galapagar y adláteres, menos incendiar y más construir y si no valéis, idos. Y a la oposición (refiriéndome a cualquier partido no en el gobierno), oposición no se hace criticando sino teniendo un modelo alternativo que en ocasiones pueda servir. Y a Sánchez: tenga miras de Estado y no comparta colchón con quien deseando sus intereses, pone trabas a sus ruedas mientras apalea sus espaldas. Para salvar a un país, a veces – muchas veces – hace falta ser humilde y trabajar codo con codo con quien más te puede aportar. Cuando uno humildemente reconoce su debilidad, toma la iniciativa y pone el alma, se convierte en líder. A veces la competencia es la mejor compañía para crecer. 




De PolíticaTM



(3) Escrito breve o impreso de carácter satírico y agresivo que se utiliza como medio de combate en polémicas ideológicas o literarias o como medio de difamación
(4) Forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general.  https://es.wikipedia.org/wiki/Terrorismo_de_Estado



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