martes, 21 de abril de 2020

Diferencia entre bulos, populismo y ser un hijo de puta.



Esta aportación será muy breve y concisa. Veremos las diferencias entre un bulo, el populismo y ser un hijo de puta (en su ascensión peyorativa por lo indeseable del individuo o  individua).

Pongamos ejemplos significativos. Un bulo se  daría al manifestar que el Gobierno de una nación está forzando una situación de pandemia ficticia para establecer un estado bolivariano, porque un presidente de gobierno ficticio  de una nación ficticia  está coaccionado por un miembro de su gobierno, debido a los dineros que ambos han recibido de Venezuela. 
Esto es una noticia falsa lanzada con el fin de dañar a alguien. Aunque a algunos ya les gustaría que esto se pudiese probar. Esto es falso y es a lo que llamamos bulo.


Populismo se daría en el supuesto que se lanzase la siguiente noticia: 

"Los verdaderos héroes de nuestro país son los que se están dejando la piel y la vida por la nación: éstos, los sanitarios (incluyo enfermeros, limpiadores, médicos, enfermeras, farmacéuticos del ámbito hospitalario, auxiliares, etc.), en reconocido hecho, no podrán cobrar – desde hoy –  menos de 3 veces el salario mínimo interprofesional. Y los políticos, dada la afección a la voluntad popular han decidido cobrar sólo el salario mínimo interprofesional, sin especies, dietas ni leches". 

Esto lo aplaudirían muchos españoles, aunque sólo hablamos de un país ficticio; aquí sí que habría aplausos, no los "orquestados" intencionadamente todos los días a las 20:00h. Esto es populismo puro y duro. Todos sabemos que muchos sanitarios no van a ser ni siquiera reconocidos, y que los políticos seguirán siendo los nuevos señores feudales de nuestra época "democrática". A algunos, incluso el pueblo ya los ha bautizado, como el caso del marqués de Galapagar.



Ser un hijo de puta, es… Es un taco o insulto muy español. Viene a definir a una mala persona. Convendrán conmigo que siendo una expresión soez o un vulgarismo, muchos lo hemos dicho y referenciado en alguna ocasión. Revisando algunas sentencias judiciales españolas, no fue considerada la expresión como insulto legal.

Ser un hijo de puta sería convencer con una idea ilusoria a la gente, y después de conseguido su objetivo hacer lo contrario. 

Otro ejemplo muy ilustrativo sería aquel que critica a una élite, y apoyado por los que creen que piensan como él, es encumbrado a esa élite por el colectivo de apoyo, y se queda en la élite tan pancho el “hijo de puta”. Eso es ser un hijo de puta.

O decir lo que no hará, que es lo que todos quieren oír por motivos ideológicos, y alcanzar su objetivo e inmediatamente hacer todo lo contrario, secuestrando la voluntad de todos; eso es ser un hijo de puta

Otro ejemplo, para que quede claro: ante una catástrofe no tener el más mínimo ápice de condolencias, cercanía o empatía con los afectados. Eso es ser un hijo de puta, bueno…, además de ser un psicópata.


-¡Oh hi de puta, bellaco, y cómo es católico! 
-¿Véis ahí -dijo el del Bosque en oyendo el hi de puta de Sancho- como habéis alabado este vino llamándole hi de puta? 
-Digo -respondió Sancho- que confieso que no es deshonra llamar hijo de puta a nadie, cuando cae debajo del entendimiento de alabarle. Pero, dígame, señor, por el siglo de lo que más quiere: ¿este vino es de Ciudad Real?   
(Breve extracto de El Quijote)


¡Curiosidades!, los seguidores extremistas de un hijo de puta, no son "hijos de puta", son - con perdón del animal y los animalistas de turno - unos borregos.

De PolíticaTM

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